“Llegué a Canaima junto a mi padre, quien encontró aquí su lugar en el mundo. Desde entonces, esta selva generosa me enseñó a escucharla, a entenderla, y a cuidarla.

Wakü nació de ese vínculo íntimo con la naturaleza y con el espíritu de este lugar. Es mi forma de honrar lo que me fue dado: un propósito, un hogar, una comunidad. También es el resultado del trabajo constante de un equipo que cree en un turismo consciente y respetuoso.

Estoy profundamente agradecida con el pueblo pemón por su sabiduría, y con cada viajero que llega con la sensibilidad para dejarse transformar. Son ustedes quienes le dan sentido a nuestra misión, impulsandonos a seguir cuidando y mostrando este rincón único en el mundo.”